martes, 18 de agosto de 2009

El discurso de la Legalidad en la función pública


El año pasado (2008) el presidente Oscar Arias tuvo que referirse principalmente a dos temas: las sospechas de malos manejos de dineros en su gobierno y la crisis internacional (petróleo, alimentaria, financiera). Siguiendo sus declaraciones dadas a La Nación, así como los artículos de opinión que él publicó en dicho periódico es interesante ver cómo entrelaza estos dos temas a nivel discursivo:

1) “La democracia significa, sin duda alguna, escrutinio público…Lo que no se puede aceptar es que ese escrutinio sea llevado hasta el punto de manchar, sin prueba suficiente, el buen nombre de una persona…Ese fue ciertamente el caso con las consultorías contratadas por el BCIE… No se burló ninguna ley y nadie se robó una peseta” [ “Son tiempos difíciles para la verdad”. Opinión, 29 de Octubre de 2008]

2)“Siempre he dicho que en una democracia, sino existe oposición, hay que crearla…Pero hay una gran diferencia entre vigilar y realizar una cacería de brujas” [“Liderazgo positivo”, Opinión, 24 de setiembre de 2008]

3)“El mundo enfrenta una crisis energética y alimentaria que, indudablemente, nos afecta, pero nos afectará mucho más si nos desgastamos en discusiones inútiles, en lugar de atender las necesidades del país”
[“No hay nada que ocultar, nada por qué sentirnos avergonzados”, Opinión, 6 de Julio de 2008]

Estas citas sirven para ilustrar la tendencia discursiva que estos temas tomaron en el presidente. En un primer momento Arias defiende que los fondos del BCIE son privados, así que el gobierno no tiene el menor compromiso de declararlos para su fiscalización. Ante la presión de la prensa el discurso varía levemente: ante la difícil situación que se vive debido a la crisis, el gobierno se vio obligado a buscar formas “alternativas” de financiamiento que facilitaran poner en marcha sus proyectos, ya que las trabas para gobernar son “estúpidas” y “retrógradas”. Esto, a pesar de que se cometieron algunos “errores”, se hizo dentro de un marco de estricta legalidad.
Quienes se dedican a criticar (oposición y prensa) son para Oscar Arias unos irresponsables que tergiversan la democracia y atentan contra el futuro de este paisito nuestro de cada día.
Entonces la crisis es presentada como algo extraordinario y externo que nos afecta ante la cual se hacen necesarias medidas extraordinarias también, siempre con la mejor de las intenciones y respetando la ley: Si cometimos errores es porque somos humanos dice el omnipotente que hace pucheros porque no lo dejan hacer.

El tema de fondo aquí es la legalidad vs la transparencia. La función pública tiene que ser ante todo transparente y después preocuparse por las leyes. Las buenas intenciones no pueden ser un argumento, ni siquiera una justificación cuando estamos hablando de gente que se debe a quienes pagan sus salarios. Los sucio y turbio, aunque sea legal apesta.
La estrategia utilizada por los gobernantes de segundo turno es la de un pasado idealizado, un presente del que hay que salir corriendo y un futuro prometedor al que ellos, por supuesto han de llevarnos. Este esquema discursivo, amparado por una ideología en la que lo privado priva sobre lo público, nos deja a los peatones con un pasado aparentemente muy bonito en el que no nos reconocemos desde este presente aparentemente horrible y devenido por generación espontánea, y a la espera resignada de ese futuro que proponen y que a pesar del tufillo aparentemente es lo único que nos queda. Tanto aparentemente no es casualidad.

¿Cómo recordamos los hechos sociales? ¿Cómo construimos la memoria? Ahí hay que apuntar el puntero.
Tenemos un Calderón con la cara más dura que un puño de Mike Tyson esperando con una seguridad que huele feo a que la ley lo absuelva. Tenemos una Laura Chinchilla que está embarcando en su barquito que ya tiene capitán a los funcionarios del gobierno actual. Tenemos a los retoños que por motivos de fuerza mayor han tenido que postergarse. Un Kevin Casas casi de planta en CNN y un Fernando Sánchez diciendo:

El caso está archivado precisamente porque no existe ni procedimiento ni sanción. Usted no puede inventarse un procedimiento o una sanción para cualquier caso, independientemente de la persona que sea. Yo me siento muy tranquilo. Han sido momentos duros, pero gracias a Dios, la cosa ha caminado bien, y voy a concentrarme al cien por cien en mis funciones… Hay impunidad cuando a alguien no se le sanciona y hay un procedimiento delimitado, me parece a mí. Lo que pasa es que hay mucha gente que quiere seguir haciendo un show

O sea, lo que hice fue una chanchada, pero como en ningún lado dice que si uno hace una chanchada está jodido, pues nada yo tranquilo haciendo fila en la chanchera...
El otro puño de Mike Tyson

3 comentarios:

raaul dijo...

Curioso que haya cambiado usted el contenido de este blog señor Pelele! Me gustaba el contenido anterior (cómo lo rescato?), pero sin duda esta nueva orientación (?!) me llama más a comentar. Será posible que ande usted buscando cosechar público fresco con la cercanía de las elecciones? ;)

Sobre el artículo, muchas cosas hay para comentar. Discúlpeme que lo devuelva al "A vos no te creo", pero como dije por ahí la legalidad en la función pública sigue la máxima de Nixon: "Cuando un presidente lo hace, no es ilegal". Aplica esto por supuesto a cualquier cargo político y como la memoria histórica no existe en los individuos del nuevo milenio, el protegido de los Arias puede dictar a Kevin Casas (sin asomo de vergüenza), otra de las máximas de la política actual: "Escóndase durante el escándalo que seguidito viene la calma".

Pelele dijo...

Raaulito de mi corazón. Subí una de las traducciones al Muchacha, tal vez luego suba las otras (tan dylaniano vos?)

Así está la cosa. El asunto es "descodificar" los mecanismos discursivos que nos lleva a la indiferencia y la resignación. Te acordás de aquel libro que te dije "entre el desarraigo y el despojo". POr ahí va el asunto, después subiré algo de ese libro.

Besos

raaul dijo...

Buenísimo! Noté lo de las traduccines, pero cuando no tengo nada que suene bonito para decir, mejor no comento ;) Dylaniano no sé, digamos que peleliano jejeje

Descodificar claro. Está buenísima la dirección del asunto, me gusta la presentación del artículo también. Muy Jhon Stewart de tu parte, sin los efectos y con más contenido. El libro, como verás, no lo he conseguido, pero lo tengo de primero entre los "pendientes no postergables".